Más allá del toque femenino

¿Escuchaste sobre la enóloga argentina que le calificaron a su Malbec con 99 puntos? Probablemente no. Y a pesar que hayan varias damas en la industria de vino argentino, el tema es que hacen un admirable pero demasiado discreto trabajo.

Desde agrónomas dedicadas a las vides hasta enólogas y técnicas, jefas de bodegas familiares o sommelières en salón o vinoteca, debemos hablar con igualdad, con convicción, sobre las enófilas.

Empecemos con hechos. ¿El mejor tinto según Descorchados 2017 con los 99 ya mencionados puntos? Seminare Malbec 2015, creado por la enóloga Andrea Mufatto y su marido viticultor Gerardo. A quién nomina Wine Enthusiast como ‘innovador del año’? A Susana Balbo, la enóloga detrás de Susana Balbo Wines. Y todo aficionado debe saber que la cuarta mejor sommelier del mundo – además de la mejor de las Américas Y la Argentina, actualmente – es nuestra, Paz Levinson. Tres destacadas de unas cuantas.

Sigamos con los rankings. En 2016 el crítico James Suckling nombró al Viña Cobos Malbec 2013 – bodega propia de la enóloga Andrea Marchiori cuya enóloga, Noelia Torres, trabaja junto a un reconocido señor de los E.E.U.U. – y al Valle de Uco Nosotros Single Vineyard 2011, elaborado por la misma Balbo, en los puestos tres y cuatro respectivamente. Varios productos hechos con el toque femenino figuran en aquel top 100, pero destaco dos de Vida y Alma: Gran Corte Mendoza 2014 y Malbec Valle de Uco 2014 en los puestos 40 y 88. El perfil de las hermanas agrónomas Eloisa y Graciana Monneret, quienes se ocupan de cada paso, desde el deshoje a la cosecha, es bajo, pero lo están rompiendo igual.

Las agrónomas y enólogas están a cargo en varias – pero no tantas – bodegas incluyendo a Silvia Corti en Argento (probá su Cabernet Franc), Valeria Antolín en Piattelli, Julia Halupczok en Sophenia, Estela Perinetti en Luca Wines y Gabriela Celeste en EnoRolland. 

Algunas de las más reconocidas bodegas están guiadas por sus dueñas. Ana Amitrano y su hija Julia están al mando en Familia Zuccardi, Sofía Pescarmona se encarga del día por día en Lagarde, mientras que su hermana Lucila es embajadora de la marca desde los E.E.U.U., Lucía Romero se ocupa de El Porvenir de Cafayate, Ana Viola y Juliana Del Águila están involucradas con Bodega Del Fin Del Mundo y Malma, mientras las tareas de Laura Catena ya incluyen su nueva línea La Posta. Las escuelas porteñas de sommellerie más importantes están dirigidas por mujeres, CAVE (mi alma mater) por Flavia Rizzuto y María Barrutia, mientras la EAS está encabezada por Marina Beltrame.

La generación joven también brilla con promesa, tantas las enólogas como las sommelières. Laura Principiano es la mano derecha de Seba Z, Teresita Barrio logra buenos vinos en su proyecto garagista Moor Barrio y Daniela Pi le sigue el camino de su viejo en Tres 14.

En sommellerie, Gabriela Lafuente recopila una carta espectacular en El Baqueano, tal como lo hace Juli Carrique en Aramburu. Eleonora Jezzi y Mariana Torta son dueñas respectivas de las vinotecas Pain et Vin y M Salumería, mientras que Valeria Mortara no solo es somm ejecutiva del ilustre Faena sino que además produce la línea Bienconvino con su colega Mariana Achaval. Agustina de Alba, mientras, ya está levantando el perfil de la profesión mediáticamente. En Mendoza, María Laura Ortiz acaba de cumplir un ciclo como vice-presidente de la AAS, mientras Mariana Onofri es el nexo que coordina la producción de unos 300 vinos (300!) por año en The Vines of Mendoza.

Mujeres en vino. Somos unas cuantas y sé que me faltan nombrar varias más. Sería excelente que seamos más que están formando parte de las 864 bodegas argentinas y no sé cuantas vinotecas y restaurantes más, y que empecemos a gritar nuestros logros – porque obviamente vamos a seguir dando motivos de hablar.

Esta nota se publicara en la guía 2017 de la gran Elisabeth Checa (por eso no se la menciono en la nota) pero ya se había cerrado la edición cuando la entregué. Buuuu. Un bajón. Por eso motivo la comparto acá. 

Ph: Paz x Vérane Frédiani.