Meet Your Maker: Armando Guerra

Armando come piedras de albariza.

Armando Guerra es director de Alta Enología en Bodegas Barbadillo fundada en el siglo XIX. Esta bodega es 100 por ciento familiar y una de las primeras casas en exportar las primeras botas de Jerez a Reino Unido y América, aprovechando las rutas fluviales y marítimas que partían desde Sanlúcar. 

Una de las bodegas con más historia y solera de la zona, fue pionera en atreverse a crear la manzanilla Pastora en 1827, siendo esta la primera y entonces única manzanilla embotellada en el mundo.

Se dedica al apasionante proyecto lleno dinamismo en una zona con la recuperación de variedades antiguas, manteniendo la tradición y formas de elaboración pero renovando vinos con nuevos estilos para el Marco. 

¿Dónde estudiaste y dónde has trabajado antes de crear tu propio proyecto?

Me licencié en Derecho en la Universidad de Sevilla. Después cursé un MBA especializado en empresas agroalimentarias, finalmente cursé el Máster de Enología y Viticultura de la Universidad Politécnica de Madrid.

¿Contanos donde se ubica tu bodega y las características de esta zona? 

Trabajo en Bodegas Barbadillo que se sitúa en el Marco de Jerez, concretamente en Sanlúcar de Barrameda, cuna de la DO Manzanilla.

Cultivamos distintas variedades de uva blanca – Palomino, Sauvignon Blanc y Chardonnay – y tinta (Tempranillo, Cabernet Sauvignon, Merlot, Syrah, Tintilla de Rota – sobre suelo albarizo, un terreno típico de las campiñas del Marco de Jerez.

El clima es cálido, como consecuencia de su baja latitud, ya que se trata de una de las regiones vitivinícolas más meridionales de Europa. La zona cuenta con veranos secos y altas temperaturas, aunque la cercanía del Océano Atlántico dulcifica y humedece el ambiente, especialmente durante las noches. El ciclo vital de la viña, se ven sometidos a los vientos dominantes conocidos como de Poniente y de Levante. El primero es fresco y húmedo (llega a alcanzarse el 95 por ciento de humedad) mientras que el segundo es caluroso y seco (con niveles de humedad en torno al 30 por ciento).

¿Podrías definirte personal y profesionalmente?

Siempre me defino como tabernero y formador. Me encanta el vino y estoy contento de poder trabajar en este mundo fascinante.

¿Qué es lo que te enamora de hacer vino?

No me considero un elaborador. El trabajo me ha llevado más a la formación, a la divulgación. Mi proyecto está muy relacionado con ventas y comunicación. Todo lo que hago en elaboración depende de la colaboración con Montserrat Molina, enóloga de la bodega. Montserrat es una profesional brillante. Es precisamente la posibilidad de trabajar con ella lo que podría resaltar en este contexto. Gran parte de Descomunales Vinos Comunes, así es como llamo a proyecto que lidero, está centrado en la innovación y desarrollo de nuevos vinos. Montse es imprescindible para el éxito de lo que vamos ideando.

¿Cómo decidiste empezar tu proyecto?

Nací en el Marco de Jerez y ahora mismo es un sitio de gran creatividad. La creación de Descomunales Vinos Comunes dentro de Barbadillo era pura lógica. 

Su clima, su gastronomía, su historia, su cultura, todas las cualidades lo hacen único. Sus vinos asombran a los más expertos del mundo.

Barbadillo representa el pasado, presente y futuro. Tradición, experiencia e innovación. Trabajar en un lugar así merece alma, corazón y una vida entera para lograr comprenderlo.

¿Tienes un sueño profesional a futuro o presente?

Mi sueño profesional es ver un Marco de Jerez recuperado, exitoso y rentable.

¿Cual es la temporada del año que prefieras más?

La primavera en Andalucía es preciosa.

¿Con cual otro viticultor te gustaría elaborar juntos un próximo vino – con quién y por qué?

Creo que me quedan muchas elaboraciones por explorar con Montse Molina. Espero poder disfrutarlas. Una frase que me gusta mucho de ella es “Solo una tierra como Cádiz podría dar vinos tan amables y tan alegres, mezcla perfecta entre el alma de Andalucía y la albariza. Sur en estado puro. Magia enológica desde 1821.”

¿Tienes algunas reglas propias a seguir para elaborar?

Me gustan las cosas sencillas. Cuanto más sencillas, mejor. Ya no solo es mejor para Jerez, creo que es mejor para el mundo del vino en general. Tenemos que empezar a quitar complicaciones al mundo del vino. Es mucho más fácil explicar un proyecto coherente con el entorno.

¿Alguien te ayudó a llegar a quien eres hoy? 

Me he criado entre vinos gracias a mi padre. Gran parte de su vida ha sido el vino y conmigo hizo lo más importante de todo: que tuviera curiosidad por aprender.

¿Cómo haces para que tus vinos lleguen a la sensibilidad de muchas personas?

Haciéndolos comprensibles. Estos vinos llevan una tradición de casi 200 años de historia. Intento poner esfuerzo, visión y corazón.

Tenemos vinos de las soleras más exclusivas como los Vinum optimun rara signatum.

Joyas enológicas que han aguardado en soleras de más de 30 años el momentos oportuno para sorprender al mundo. También algunos vinos trascienden la edad natural del hombre, por eso, Barbadillo puede ofrecer vinos que, desde la primera mitad del siglo XIX, han sido testigos del paso del tiempo. 

En la bodega tambien tenemos las reliquias de Barbadillo Versos 1891: es un Amontillado muy viejo procedente de una bota que hace más de 125 años dedicó Antonio Barbadillo al nacer a su hijo Manuel, el prolífico poeta, coetáneo y amigo de muchos autores de la Generación del ‘27.

Este singular vino procede de una selección de vasijas que fueron regalos que hizo Antonio Barbadillo a finales del siglo XIX a cada uno de sus cinco hijos por su bautizo y que fueron marcadas en Tiza con un “NO” indicando no vender. Desde entonces son conocidas como “las botas del no de los niños”.

Más de 100 años después la británica Sarah Jane Evans, presidenta del Institute of Masters of Wine tuvo la gran suerte de catar estas cinco botas y quedo fascinada por el poder y la intensidad de uno de esos vinos, un amontillado lleno de vida y energía, precisamente se trataba de la bota de Manuel Barbadillo. Bodegas Barbadillo ha querido homenajear al poeta vinatero haciendo una serie muy limitada de tan sólo 100 botellas.

Uno de los cristales más puros del mundo y la mejor piel en manos de prestigiosos marroquineros han sido los elegidos para envolver este vino excepcional.

Soy parte de una gran historia. 

¿Cuál es tu mirada del vino en tu zona?

Jerez es un sitio único que hace vinos muy diferentes. Eso es bueno y malo a la vez. Hay que saber gestionarlo. Pero bien entendida, esa diferencia puede ser una enorme ventaja. Somos únicos en el mundo. Es capaz de generar tambien el famoso proceso de crianza biológica bajo velo de flor, procedente del siglo XIX. El cual constituye uno de los fenómenos más asombrosos de la enología. Los vinos muestran sus matices y características organolépticas desde la primavera, verano, otoño e invierno.

¿Contanos tu mayor aventura como viñador?

La mayor aventura es el día a día. Intento no aburrirme. No me aburro. Cada día hay una aventura para vivir si uno se empeña en ello. 

¿Qué fue lo último que aprendiste y quieres compartir?

Ahora mismo tenemos muchos proyectos de vinos blancos con poca o ninguna crianza. Se trata de utilizar solo algunos de los argumentos de Jerez. La variedad, los suelos, las barricas, todo eso continúa en los nuevos vinos, pero sin pasar por las prolongadas crianzas tradicionales de la zona. Cada día aprendemos algo nuevo de los vinos blancos. Son muy recomendables para los que se acercan por primera vez al Marco.

¿Qué sientes cuando creas y bebes un vino?

Me gusta pensar que contribuyo humildemente al crecimiento de la diversidad y el atractivo de los vinos de mi pueblo. Siento que el lugar y la cultura, diferencian y le confieren una personalidad especial y única a los vinos. Soy un gran afortunado de trabajar en esta región y bodega.

La magía del y el tiempo

¿Cuál es la dificultad más grande que te enfrentas hoy en día con tu trabajo?

La culpa siempre la tiene el financiero.

¿Qué opinas sobre la viticultura biodinámica y el vino natural?

Cualquier tendencia que indague en la recuperación de la naturaleza es imprescindible. Más allá de las etiquetas, es una tendencia general necesaria. 

¿Al tener en cuenta como esta afectando el Covid-19 a todos los rubros, cuales ajustes y cambios hiciste hasta ahora y como lo ves de acá a la cosecha?

Solo podemos estar muy atentos y adaptarnos lo mejor posible. Son momentos de gran incertidumbre. 

¿Cómo ves la tendencia de el vino de aquí a 10 años?

Me gustaría pensar que seremos capaces de transmitir al consumidor que, al tomar una copa de vino, contribuye al mantenimiento de un maravilloso paisaje natural y humano. Si conseguimos eso, nos irá bien a todos.

Elegí uno de tus vinos y contanos con qué comida lo disfrutarías? 

Una Manzanilla Pasada con sencillisimas habas cocidas. ¿Se puede ser más simple?

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