Meet Your Maker: Patricia Ferrari

Patricia Ferrari, madre de la familia Yagüe. Un proyecto que los llena de recuerdos, sentimientos, sorpresas, esfuerzos y alegrías. El mundo del vino me llevó a conocer a gente maravillosa como Patricia y toda su familia, de la cual muy rápidamente generamos un vínculo lleno de familiaridad y cariño muy genuino. Ellos son pioneros en el Valle de Trevelin, y con mucho esfuerzo y amor por este proyecto propio han logrado que su región se posicione a nivel nacional, con vinos extraordinarios. Son héroes elaborando vinos en esta zona tan austral llegando a la sensibilidad de muchas personas. Están escribiendo historia y a nosotros nos encanta leer y aprender de ella. 

¿Dónde estudiaste y dónde has trabajado antes de crear tu propio proyecto?

Soy Patricia Ferrari, arquitecta recibida en la Universidad de Belgrano. Apasionada y creativa de formación, la Patagonia es mi segundo hogar, me permitió realizarme y ejecutar hermosos proyectos de diseño, obra y construcción en entornos magníficos. Soy especialista en proyectos rurales y orientados al turismo, con conocimientos en paisajismo y arquitectura del paisaje, amante de la naturaleza y las plantas, y parte de mi vida transcurre en el campo rodeada de la cordillera patagónica.

¿Cuentanos donde se ubica tu bodega y las características de esta zona?

La viñedos y Bodega Casa Yagüe se ubican en la región de Trevelin al pie de la cordillera de los Andes y a orillas del Rio Futaleufú. Es un amplio valle, poblado en su mayoría por galeses, o descendientes, que llegaron a fin del siglo XIX, ingresando por la costa de Chubut. En esta zona siempre hubo establecimientos dedicados a la agricultura y ganadería. En Casa Yagüe desde el 2004, continuamos con esa actividad y en el año 2014 fue el comienzo de la plantación y la viticultura en nuestra chacra.

Futaleufú.

¿Podrías definirte personal y profesionalmente?

Me gusta aprender, en especial todo aquello que se relaciona con crear y que tiene por resultado dar al mundo mas belleza, más sabor, más color, más alegría, y que ayude al habitat y al vivir cotidiano de todos, teniendo en cuenta la búsqueda de mejorar la calidad y la utilidad en lo que hacemos, pensando en el mundo futuro. Todos tenemos un compromiso en el cuidado del medioambiente y hacer acciones que dejen impactos positivos. Vivir y trabajar en Patagonia, donde la logística siempre es difícil, te enseña a hacer mas, con menos y a tener siempre presente lo que decían nuestros antepasados ̈haz lo que puedas, con lo que tengas en donde estés.

¿Qué es lo que te enamora de hacer vino?

El vino es arte, es creación. Es también una forma de crecer y evolucionar. Desde que plantas la vid, tu vida cambia y el vino es el resultado de muchos recuerdos, sentimientos, sorpresas, esfuerzos y alegrías. Es tambien lo que nos permitio viajar, sentir que aunque atravieses el mundo, cuando caminas por un viñedo, sos parte del mismo, y podes conocer gente maravillosa que esta detrás y aprender todo lo que puedas, crecer como personas, ver la diversidad, conocer historias y emocionarnos al ver que el vino, es el hilo conductor y a la vez una manera de trascender, dejando esa historia para otros. Hacer vino y ser viticultor agrupa la triple A: Agricultor, estar con la planta, Artesano, vale el lema haz lo que puedas con lo que tengas, y Artista saca todo lo creativo que hay dentro de ti.

Patricia con sus hijas: Lucia, Cami y Juli.

¿Cómo decidiste empezar tu proyecto y qué te llevó a creer en la región en la que decidiste trabajar?

Cuando llegué a Patagonia y formamos una familia junto con Marcelo, una de las regiones que nos parecían más bellas es el Valle de Trevelin. Cuando pudimos descubrir este lugar en 2004 nos enamoramos de esta tierra de pioneros, y empezamos a hacer muchas cosas para transformarlo. Hicimos muchos proyectos y de a poco los fuimos concretando, aunque quedan aún muchos nuevos por concretar. En 2014 movidos por la inquietud de la incipiente vitivinicultura en la región, que arrancó en la localidad de El Hoyo, llegando hasta Trevelin, nos animamos a plantar la primera hectárea y a encarar este desafío. Siempre pensando en como se comportaban las plantas en el campo, aquí tan al sur, plantamos las viñas como una extensión de nuestro jardín. Las fuimos cuidando y acompañando para que crezcan, y aprendiendo, ya que la vid te enseña a tener paciencia, porque cada acción que se hace, es de un año para otro. Aquí en nuestro lugar hemos plantado mucho y vimos la evolución y sabemos que esta tierra es muy bondadosa para las plantas, una vez que se adaptan. Llevamos un diario de todo lo que sucede día a día y vamos estudiando junto con nuestros asesores para ir tomando decisiones para que las plantas estén cada vez mejor. Aquí está nuestro lugar y por eso decidimos plantar acá, por el sentido de pertenencia y tal vez por lo difícil del desafío. En 2017 tuvimos nuestro primer vino y en 2018 nació Casa Yagüe la bodega familiar que junto con Marcelo y nuestras hijas llevamos adelante. Siempre decimos:  “Ante lo imposible nos inspiramos.”

¿Tienes un sueño profesional a futuro o presente?

Siempre todos los emprendedores tenemos proyectos. Personalmente transitar un camino que sea apertura para nuestras hijas y las futuras generaciones. Hay muchísimo por hacer y construir, en todo están presentes nuestros sueños, lo que imaginaste, y que queden dentro de cada botella, y que puedan leerse en cada sorbo de vino, y si, que sería un gran sueño a cumplir.

Patricia y Marcelo Yagúe.

¿Cual es la temporada del año que prefieras más?

Todas las estaciones aquí son bien diferenciadas, son hermosas porque cada una tiene su magia. El otoño y el verano creo que son mis preferidas, aunque tambien me gusta ver asomar los brotes en primavera.

¿Con cual otro viticultor te gustaría elaborar juntos un próximo vino?

Me encantaria poder ayudar en la elaboraración de algun vino, algun Chardonnay de algún pequeño productor en la zona de Chablis y aprender. También en la zona de Sancerre donde están los grandes Sauvignon Blanc, algunas regiones del norte de Italia, son una maravilla y en quienes nos inspiramos.

¿Tienes algunas reglas propias a seguir para elaborar?

Somos tan nuevos que estamos aprendiendo en cada vendimia y en cada elaboración. Estamos muy concentrados en la uva, sabemos que un buen vino nace en la viña, y tratamos de observar mucho ese mosto prensado con suavidad, para que conserve sus aromas y frescura. Nos gustan mucho los perfiles que la fruta nos da. Utilizamos el mínimo sulfito posible, solo lo indispensable. El viñedo es naturalmente orgánico, y respetamos mucho eso para elaborar vinos que asombren por su autenticidad. Son vinos frutales y aromáticos con una acidez natural que refresca y le da capacidad para envejecer. Estamos elaborando tambien espumantes, que podrán disfrutarse en los proximos años.

Los Cipreses.

¿Alguien te ayudó a llegar a quien eres hoy? Si tuvieras que nombrar una gran persona quién sería?

Creo que las primeras personas son mis padres, uno en su casa aprende a ser persona, lo más importante de la vida, los valores, la seguridad, y las fortalezas para afrontar la vida. Ejemplos de perseverancia que siempre recuerdo, y una frase de mi papá, que siempre te alentaba a caminar con paso lento pero firme: Punta y Taco. Siempre decimos que en nuestro camino, te encontrarás con muchas personas, y todas y cada una, te dejan siempre algo valioso. En este corto transcurrir en el fascinante mundo del vino, somos eternos agradecidos a muchas personas, que se acercaron para conocernos y para ayudarnos desinteresadamente. Visitamos muchos viñedos y cada charla con un viticultor, un winemaker, o un sommelier es un aprendizaje. Cuando tenes otra profesión como en mi caso, y luego empezás otra actividad distinta, valoras muchísimo cada palabra y aliento positivo, para seguir adelante.

¿Cómo haces para que tus vinos lleguen a la sensibilidad de muchas personas?

Como siempre decimos nosotros creemos que para entender nuestros vinos, tienen que también entender nuestro lugar, conocernos y ver la historia detrás. Tal vez nuestra historia es un poco loca, porque otros productores nos preguntan: porque plantamos acá, cuando no hay historia de viñedos y es tan difícil por la latitud austral donde se ubican?. Creo que en realidad, nunca estuvimos muy concientes de lo que hacíamos al plantar la primer planta de vid, ni todas las horas de trabajo que después vendrían. De como de ser una actividad secundaria terminaría siendo lo que hoy mueve nuestras vidas, el motivo de nuestros tantos desvelos en las noches de heladas, y como te vas involucrando, en una relación tan cercana con cada planta. Este desafío, es un camino difícil, pero es apasionante, y le ponemos mucho amor a todo lo que hacemos y a este lugar. La mejor sensación es trasladar un pedacito de nuestro lugar a una copa de vino, que puedas sentir, estoy bebiendo un trozo de Casa Yagüe, uno de los vinos mas australes. A medida que nos conocen muchos comparten esa emoción, y lo viven , lo cual nos llena de orgullo.

¿Cuál es tu mirada del vino en tu zona?

Trevelin y su valle es una región, que pronto tendrá su IG propia, gracias a gestión de nuestra bodega que desde hace dos años estamos presentando los datos requeridos, a los organismos que corresponden. Creemos que con el cambio climático y por lo que hemos visto en los últimos años, la región tiene mucho potencial, para viñedos de poca escala. El sistema antihelada por irrigación es una limitante económica, para grandes superficies. Por otro lado las pequeñas producciones que estamos ahora en Trevelin, tenemos una oportunidad única como pioneros, para trabajar enfocados en la calidad de nuestros vinos y ver cuales serán los mejores exponentes. Todos hacemos manejos orgánicos, pero aún no hemos certificado. Por eso tambien estamos trabajando en forma conjunta todas las bodegas, para avanzar en estos temas como producción sustentable, la cual refleja la calidad de los vinos de Trevelin.

¿Contame tu mayor aventura como viñadora?

Creo que este año 2020, nos dió una oportunidad única para aprender más en todo sentido. La vendimia la hicimos entre todos nosotros, la familia y personal estable que vivimos todos en el campo. Fuimos pocos y lo hicimos en etapas para hacer bien todos los procesos. Hicimos muchas microvinificaciones, para lograr hacer vinos de mayor complejidad.

Nuestro asesor en enología, pudo venir sólo una vez con todos los problemas de distancias, por la pandemia y tuvimos que hacer varios trabajos en bodega repartidos entre toda la familia. Fue una experiencia linda, con mucho aprendizaje.

¿Qué fué lo último que aprendiste y quieres compartir?

Aprendimos a elaborar vinos tintos y fue nuestra primera experiencia en la elaboración del Cabernet Franc. Solo hicimos una prueba ya que tuvimos pocas plantas en producción. Estamos en proceso de investigación, y hay mucho camino para recorrer, a medida que entren en producción más plantas.

¿Qué sientes cuando creas y bebes un vino?

Tomar los vinos de Casa Yagüe y compartirlos es una gran bendición. Pensar que la fruta se transformo en mosto y luego del proceso de fermentación en vino es algo mágico.

Trabajamos para crear vinos que reflejan la pureza de este pequeño paraíso y llegar a emocionar a quien lo beba.

¿Cuál es la dificultad más grande que te enfrentas hoy en dia con tu trabajo?

Estamos bastante lejos de todo. Creo que esa es la mayor dificultad. La Patagonia es un mundo aparte y estamos lejos de Buenos Aires y también de Mendoza, donde se mueve toda la industria del sector vitivinícola de nuestro país. La logística es el mayor problema en distancias y en los costos de los fletes. Las tres bodegas de Trevelin, realizamos esfuerzos conjuntos para traer los insumos a nuestra región y poder así optimizar recursos.

¿Qué opinas sobre la viticultura biodinámica y el vino natural?

Estamos totalmente en línea con el vino natural y las prácticas biodinámicas. Hacemos muchos trabajos en ese sentido, así como también manejo holístico en toda la chacra. Tenemos un plantel de cabaña Angus, con manejo de ganadería regenerativa y una pequeña cantidad de ovejas. Utilizamos el abono orgánico, que realizamos en la chacra y no utilizamos ningún tipo de pesticida, solo manejo con productos orgánicos y algunos preparados biodinámicos. Todo los manejos conviven generando armonía a nuestro ecosistema. Utilizamos agua de montaña purificada para la bodega. La tendencia cada vez más es hacia estos vinos: naturales, orgánicos y biodinámicos. Nuestros vinos son naturales debido al bajo sulfito y son naturalmente orgánicos.

¿Cómo viene la cosecha 2020?

La cosecha 2020 se realizó entre fin de abril y mediados de mayo en las ventanas de clima que permitieron cosechar.

La cosecha manual y seleccionada con fruta muy sana y de buena calidad.

¿Cómo ves la tendencia de el vino de aquí a 10 años?

En los vinos cada vez más se analiza su procedencia. Creo que se elegirán los vinos, donde la plantación y elaboración sean cuidadas y respeten el medio ambiente. Así como en los alimentos se vuelve a lo simple, sabroso y elaborado con el amor de lo hecho en casa, creo que con los vinos esta pasando lo mismo. El pequeño productor, el que cuida los detalles, es el que marcará la tendencia. Antes la preocupación era seguir a las grandes bodegas, creo que la tendencia será seguir a los vinos naturales. Por otro lado creo que se está buscando también lo saludable, no tan alcohólico, vinos más fáciles de beber, con complejidad aromática y expresión de cada región. El vino es cultura, es compartir y es descubrir la característica de cada terroir, que es único en cada botella.

Su pequeña bodega.

Elegí uno de tus vinos y contános con qué comida lo disfrutarías

El vino y la comida es momento de encuentro. Si elijiera un Sauvignon Blanc de Casa Yagüe, lo maridaría con una tabla de quesos patagónicos y ricos panes caseros. Si prefiero un Chardonnay Oak, me encanta con un cordero braseado con hierbas, realizado en horno a leña, con un puré de papas de la huerta.

Y si nos tentamos con un postre una tarta de frutos rojos con crema natural iría muy bien con los futuros espumantes.

La acidez de los vinos permite muchos y creativos maridajes. El sabor es el protagonista cuando los vinos lo potencian.

La semana pasada en Meet Your Maker, conocimos a Endre Demeter de Tokaj.

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