El bodeguero que tiene la cava más alta del mundo y estiba el vino en un socavón a 4000 metros
|(Lugares) Hijo de un minero y biólogo de profesión, Claudio Zucchino hace el vino más alto del mundo y lo guarda en un antiguo socavón en la montaña, en la mina donde trabajó su padre hace mucho tiempo. Un proyecto de alto vuelo que comparte desde hace 13 años con su compañera Inés Manghesi e incluye una hostería –Viñas de Uquía– de cinco habitaciones que es base de una propuesta turística y gastronómica integral.
El protagonista del proyecto es Uraqui, un vino natural, sin agregados químicos ni paso por madera. Una apuesta por el terroir, que puede ser pedregoso y árido al observar el suelo, pero contiene a su vez un arcoíris mineral manchado del verde de los cardones aquí y allá, uno de los paisajes más bellos de la Tierra.
“Uraqui quiere decir terruño en lengua aymara”, explica Zucchino, que pasó su infancia recorriendo bodegas en busca del vino de mesa que se consumía en su casa. “Así era antes: el vino se compraba directo donde se hacía, sin intermediarios”. El niño volvía en bicicleta haciendo malabares entre los caminos para que aquellas damajuanas llenas honraran la mesa familiar de una época más tranquila, y sin dudas, más austera.
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