¿TODO ENCAJA?

¡Último momento! ¡La cultura de la cancelación parece haber llegado al vino! Una cata de Tetra Pak emitida por la TV pública generó hordas de furia colectiva quemando coches y edificios de deconstrucción imaginaria. “¿Una cata de cajita? ¿con sommeliers y todo? ¿Qué tipo de insulto es este? ¿Cómo osan bajar al vino del pedestal?” En esta nota intentamos, junto a los protagonistas del hecho, desmenuzar el fenómeno que enoja tanto a algunxs, e incluir las incógnitas que conviven en el inconsciente colectivo  sobre este polémico envase. 

Cuando algo toca el corazón de lxs argentinxs es indudable, se viraliza en segundos y corre como agua, o esta vez, como vino. Me pregunto por qué una nota de dos sommeliers catando tetrabrik generó tanta polémica, la respuesta es obvia, el vino de tetra está anclado en el imaginario nacional como lo peor que podrías ingerir, incluso peor que una salchicha o una hamburguesa yendo a ver a Atlético Sarandí un día de 40 grados de calor a la sombra. El tetra tiene mala fama, es así, crecimos en la época donde la premiumización del vino era tan importante que las botellas debían pesar seis kilos para ser tomadas en serio, muchos creen aún hoy que las botellas pesadas son sinónimo de calidad. Pero la realidad es que el tetrabrik es un vino muy tomado en el país por más que se lo tenga tan vilipendiado en el imaginario popular, y hay que empezar a desmenuzar este enjambre de opiniones para entender dónde se origina la demonización y cuales son las posibilidades de hacer un pacto de paz de aquí en adelante. 

Ilustración: Mariela Solari.

Los prejuicios de clase se instalan en todos lados, no veo porque el vino estaría exento. El vino de “cajita” es históricamente y culturalmente el vino popular al que pueden acceder las clases obreras y los sectores menos pudientes porque resulta el vino más barato de la pirámide. Pero ¿tiene una relación directa el empaque de un vino con su calidad? ¿De qué manera influye el packaging y el marketing? ¿Tiene que ser únicamente el vino más barato el que se ponga adentro de un Tetra? ¿O podemos pensar que es una posible solución a la crisis de faltante de botellas? ¿Saldremos alguna vez del enorme perjuicio que le generamos al vino creyendo que el envase que lo trae nos aporta algún estatus? En datos estrictamente duros solo un 3,4% de los consumidores compran vino Premium. La industria vitivinícola se compone en su mayoría de la alta producción de Mendoza del este de vino frutado y popular. En envases las botellas lideran con el 59,8% del mercado y le sigue el Tetra Pak con el 36,2%. Pero no hay que confundir el líquido con su empaque. Que culturalmente se haya construido el fenómeno de que la calidad de vino es igual a su envase hoy, paradójicamente, nos encaja en formas de consumo que hacen difícil la innovación en un momento en el que el sector lo necesita mucho. 

“El Tetra Pak es el mejor recipiente para el vino ya que mantiene todas sus propiedades intactas, cerrado al vacío, protegido de la luz, mejor aislante térmico, y además no se rompe y es 100% amigable con el medio ambiente por ser reciclable y estar elaborado a partir de fuentes renovables.” – Fabricio Portelli, sommelier.

Vamos a desmenuzar un poco el tema, por lo general los vinos de tetra que tienen un costo bajísimo al lado de los vinos embotellados, contienen tintos que se elaboran con uvas blancas y se les agrega color con los hollejos. Suelen provenir de parrales ultra cargados de San Juan, Mendoza del Este o incluso algunas zonas del Valle de Uco que son ultra productivas. Obviamente estamos hablando de un estilo en sí mismo (si es que podemos llamarlo así), son vinos que están correctos, sin defectos, elaborados 100% de uvas, pero que carecen de complejidad. Obviamente no encontraremos nunca la calidad que podría expresar un trabajo manual y detallado sobre un viñedo de bajos rendimientos, pero eso no tiene que ver con su envase sino con su elaboración, su trabajo. Por eso muchos productores que trabajan minuciosamente sus viñas ven con cierto recelo que cualquiera de estos vinos “de caja” pueda salir como varietal, “Malbec” o “Cabernet”, porque ciertamente lo ven como una mentira: “Sencillamente no darían los costos para llegar a ese precio final”. Ahora bien, quise meter las patas en el barro un poco y fui a averiguar con consumidores de vino de gama media si confiarían en un vino de tetra, sin aclarar qué vino viniera adentro. Las respuestas fueron dilapidarias: NO!

Justifique. 

Les pedí entonces que me justificaran por qué no, acá fueron sus respuestas:

-“A mi entender ese vino no solo es barato sino que es espantoso y si te tomas tres vasos te duele la cabeza hasta pasado mañana”. 

-“Es el vino que tomaba mi abuelo desde las 8am, me da muy mal rollo”. 

– “Yo no tomaría, es cultural, como el vino en lata, hay países donde les parece raro que compremos leche en bolsa”.

– “No tomaría como está ahora. Si se viene una movida cool – vintage – nostálgica, puede que sí!” 

-“Mi problema no es la caja, los bag in box me encantan. Pero el tetra me despierta ese prejuicio, que es malo y que te hace doler la cabeza, con un bag in box ya me pasa otra cosa”.

-“No me acuerdo en dónde me sirvieron un vino de caja que era una caja grande con una canillita, y era un vino muy digno. y cuentan que en España hay mucho vino así en caja”.

-“¿La damajuana no tuvo la misma suerte? era de lo peor y luego volvió y ahora desapareció de nuevo”. 

Las opiniones son unánimes en cuanto que no lo tomarían pero suelen confundir la caja con el bag in box o no saber la diferencia. Entonces se me ocurrió preguntarles cuándo había sido la última vez que probaron un vino en tetrabrik.

-“Nunca compré. Nunca probé, pero abierto a las nuevas notas de bag in box. Yo no sé de calidad, hablo desde el prejuicio aspiracional”.

-“Hace 15 años, respondo de conservador que soy. Me parece que el líquido adquiere un gusto distinto según el envase y el cartón para mí ahí no la pega, por lo menos con el buen vino”. 

– “Nunca, esa es la información que tengo yo por transferencia cultural, sin ninguna prueba real”.  

“Hay una falsa creencia de que adentro de los tetra hay una cosa distinta de uva fermentada. Esta creencia esta basada en que hace 20 años algunas marcas adulteraron los vinos”. Marcela Rienzo, sommelier.

¡No más preguntas señor Juez! 

En este punto me di cuenta que lo que estaba pasando además de la marca a fuego sobre el desprestigio es que no había habido propuestas de calidad que quisieran romper este paradigma ni que en mucho tiempo hayan atraído a un público distinto; Cosa que sí había intentado el bag in box y que aún a pesar de sus intentos brillantes también se enfrenta a la ruda trama cultural de la botella (el bag in box es un temón que desarrollaré en otra nota, porque merece ser contado en detalle). 

Entonces llamé a lxs protagonistas del video para que en primera persona me contaran un poco lo que ellxs creían que pasaba con tanta repercusión. Pareciera que el juego del Calamar pone a unos a tirar de la soga de un lado y a otros del otro y que al final del juego algunos sommelier se caerán por la infinita fosa de la equivocación. Por eso me encanta traer sus voces, porque antes de seguir profundizando grietas, es mejor poner en foco cada perspectiva y tratar de entender desde la complejidad que este tema tiene.   

Marcela Rienzo es una sommelier con todas la letras, me encanta hablar con ella porque además de buena persona, admiro su capacidad de simplificar la comunicación; no por nada tiene un lugar ganado en el corazón del pueblo. 

-¿Vos por qué crees que hay que aclarar que los vinos envasados en tetra están hechos por enólogos?

MR “Hay una falsa creencia de que adentro de los tetra hay una cosa distinta de uva fermentada. Esta creencia esta basada en que hace 20 años algunas marcas adulteraron los vinos. Esto pasó aquella vez y no volvió a suceder pero se instaló como creencia. Por eso salimos a aclarar que hay un enólogo detrás de estos vinos. Ese segmento del programa, que fue una publicidad paga por Tetra Pak, fue para despejar las dudas que existen”. 

“En mi casa tomaba tetra con mi papá con mucha soda. Mi viejo era sodero, entonces lo pasaba a una jarrita y lo llevaba a la mesa. Lo tomábamos así a finales de los 80. Después, cuando empecé a trabajar en la profesión y a ver los vinos de una manera más profesional, aprendí a catarlos, pero el inicio fue tomándolo en casa con mi familia. La reconversión de la viticultura en la Argentina fue más hacia los 90, con lo cual la cultura anterior tenía que ver un poco con eso”. 

“Hoy como sommelier apuesto a nuevos envases, sobre todo cuando tenemos por delante la crisis del vidrio. Y esos vinos jóvenes del año van a tener que salir al mercado de alguna forma, latas,  bag in box u otras alternativas. Las bodegas van a tener que tomar decisiones de ese tipo. Creo que este tipo de envases serán los que  permitan a la industria sacar de los tanques los vinos del año. Al menos son opciones que hay que apoyar”. 

Por su lado, Fabricio Portelli también viene haciendo su tarea de simplificar la comunicación del vino y no es casual que sea él el protagonista de esta polémica dado que siempre que hay honestidad suele haber momentos de turbulencias.  

 -¿Por qué crees que se viralizó tanto la nota que hicieron con Marce Rienzo? 

FP “Creo que al ser un tema más popular, por la categoría de los vinos, la gente se siente mas libre de opinar, aunque muchos demostraron no solo su sesgo sino también  ignorancia en el tema porque son vinos que están muy bien logrados para su categoría. Y como se mezcló la política con los enófilos y los consumidores ‘descontracturados’ se armó una ensalada linda con todos los condimentos. Pero si hubo polémica es porque el tema no está claro y hay que seguir comunicando para derribar mitos e informar bien a los consumidores. Aclarar que están elaborados por enólogos como cualquier otro vino de alta gama. Surgió de estudios de focus group que evidenciaron un ‘consumo vergonzante’ y muchas creencias (mitos) que adentro del cartón hay cualquier cosa menos vino. Es por ello que había que resaltar que está hecho a base 100% de uvas, ya que por LEY no se le puede agregar nada, sino sería otra bebida”.  

-¿Crees que el tetra es una buen alternativa a la crisis del vidrio?  

FP “El Tetra Pak es el mejor recipiente para el vino ya que mantiene todas sus propiedades intactas, cerrado al vacío, protegido de la luz, mejor aislante térmico, y además no se rompe y es 100% amigable con el medio ambiente por ser reciclable y estar elaborado a partir de fuentes renovables. Y si bien la imagen es negativa, es una gran alternativa para la mayoría de los vinos comercializados en la Argentina, el 37% ya es en cartón, pero tenés al menos un 40% de vinos ‘finitos o genéricos’ embotellados de -$200 que bien podrían ir en tetra, y claramente se puede subir hasta vinos varietales de consumo joven, de $400 el litro, es decir de casi $500. Y encima el tetra te brinda la posibilidad de poder porcionar las ocasiones de consumo con los ‘portion pack’ de 250cc, y competir con las latas o reemplazar las botellas de formatos pequeños. Sin dudas la crisis del vino genera una gran oportunidad para los envases de cartón.

-¿Cuál es la diferencia con el bag in box?

FP “Son dos mundos diferentes, en el bag in box el vino está en una bolsa plástica y una vez abierto puede mantener las cualidades del vino por 15 a 20 días. Este formato es ideal para reuniones de amigos o fanáticos de un vino, que gustan llegar a casa y tener siempre su copa a mano del vino preferido. Viene a ser la damajuana del futuro. Mientras el tetra es otra cosa. Si bien en esa categoría hay fidelidad porque tampoco hay tantas marcas, es un envase noble, práctico y fácil de tomar en cualquier lado”. 

Fueron muchas las opiniones cruzadas, es evidente que el tema esta recién en pañales. Julia Halupczok, gerenta de producción y winemaker de Finca Sophenia, puso su descargo en Instagram: “No puedo creer se entre en polémica con este tipo de cosas y no se use ese tiempo y esa energía para buscar soluciones de fondo que ayuden a nuestra industria vitivinícola. Y mucho menos puedo entender que al hablar de un vino popular y accesible se le ponga un tinte político por comunicarlo en un canal u otro, estas cosas no suman”, concluyó. 

Entre sommeliers, Estefi Picarelli, ferviente militante de nueva generación en la comunicación del vino, me dijo: “Siento que hay una especie de tabú en contra del vino en tetra, como también lo había con la tapa rosca, y aún siguen mirando medio de costado los bag in box. Lo real es que hay un formato para cada consumidor, al fin y al cabo es vino y cada uno puede ser libre de tomar lo que quiera. Defiendo fuerte las bag, las latas, las damajuanas, creo que hay que darle lugar a todo, hay diferentes paladares, diferentes edades, hay que seguir descontracturando el vino. El tetra es un producto que está, que se consume, ¿se puede hacer cambios a esta formato? Miles, se puede dar una lavada de cara a las etiquetas, y sobre todo se puede salir a comunicar más!”. 

Para terminar, pienso que si hoy se hiciera un juicio al tetra, estaría bastante complicado. Pero también creo que hay un gran cambio en proceso y no soy de las personas conservadoras que creen que un nuevo empaque va a matar una cultura milenaria, todo lo contrario, creo que la capacidad de adaptación y la flexibilidad que tenga el rubro en la escucha del consumidor puede generar mucha más fidelidad, ¿o acaso el vino nació en una botella? No pasó por muchas instancias, y algunas tuvieron mucha resistencia en su nacimiento. Es difícil seguir explicando que no es el consumidor el que tiene que acompañar al vino, sino el vino al consumidor, pero de a poco, con nuevas etiquetas, con nuevos momentos de consumo, con nuevas propuestas integrales, creo que el brazo se irá torciendo en favor de la diversidad. Ésta es la trinchera de los comunicadores, detrás de las barricadas estamos, esquivando los balazos y granadas, pero resistan compañerxs, resistan que en breve ¡algo tiene que estar por suceder!. 

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